Tener trastorno bipolar es como estar en un velero en medio del mar, arrastrada por fuertes corrientes.
El trastorno bipolar es una enfermedad que provoca cambios extremos en el estado de ánimo. No se trata de simples cambios de humor como mucha gente cree, va mucho más allá.
En el trastorno bipolar hay episodios en los que tu estado de ánimo está muy abajo (depresión) y otros en los que está muy arriba (manía o hipomanía).
No se da de la misma manera en todas las personas, por eso no caben las comparaciones entre unas y otras. Puedes sufrir un episodio de manía durante 5 semanas y luego pasarte un año como siempre. O puedes tener un episodio de 3 meses de hipomanía ,y, sin verlo venir, entrar en un episodio depresivo mayor.
Aunque hay muchas variaciones en cuando a la duración y la intensidad de los episodios, el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM (que es el libro en el que se clasifican los trastornos y sus síntomas), distingue 4 tipos que veremos en el último apartado.
Pero antes que nada debes aprender en qué consisten esos episodios de los que te hablaba. Vamos a verlos de una forma clara y con ejemplos.
Síntomas del episodio maníaco / hipomaníaco
Este es el episodio más importante porque es clave para el diagnóstico de trastorno bipolar.
Lo primero que hay que hacer es descartar que los síntomas los haya provocado el consumo de alcohol, drogas, fármacos o una enfermedad médica. Ya que entonces no es trastorno bipolar, sino consecuencia de alguna de esas cosas. ¿Descartado? Pues vamos a ver los síntomas:
1. Estado de ánimo elevado
«Un período diferenciado de un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al menos 1 semana (o cualquier duración si es necesaria la hospitalización).»
Esto quiere decir estar excitada, eufórica, como si acabaras de recibir la mejor noticia de tu vida y la alegría te dura más de una semana. O tan irritable que todo te molesta y discutes constantemente o te metes en peleas. Pero es importante descartar que sea por algo que te ha pasado, porque entonces sería una reacción normal. Aquí de lo que hablamos es de algo que no es habitual en ti y que sientes todo el día durante más de una semana. Si has necesitado hospitalización no es necesario haber estado así durante una semana.
2. Tres o más de los siguientes síntomas
«Durante el período de alteración del estado de ánimo han persistido tres (o más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable) y ha habido en un grado significativo»
Con esto se refiere a algo fuera de lo habitual. No se trata solamente de sentirte bien, sino que te sientes como la más inteligente, la más creativa, simpática, atractiva… Crees que tienes ideas revolucionarias y que tu forma de hacer las cosas es la mejor. Que nadie podría resistirse a tus encantos. Si habitualmente tu autoestima no está a este nivel, puede considerarse un síntoma.
Duermes poco, pero a diferencia de las personas que sufren insomnio, te levantas con energía y con ganas de hacer mil cosas: limpiar, organizar, ordenar, hacer ejercicio, cocinar… y empezar proyectos. Si antes dormías 7 u 8 horas (o muchas más si pasabas por un episodio depresivo), ahora con 4 horas tienes de sobra. Quien dice 4, dice 3 o 5, depende de la persona y/o del día. Y puedes pasar así varios días.
Hablas más que de costumbre y a mucha velocidad. Pasas de un tema a otro. Probablemente no dejes hablar a los demás o te parezca que hablan lento. Este síntoma suele pasar desapercibido para quién lo padece, pero las personas de alrededor se dan cuenta enseguida.
Te vienen muchas ideas a la cabeza. Ideas interesantes que te parecen creativas y por supuesto lógicas. Puede que creas que por fin comprendes cosas que antes no entendías bien y pienses ¿cómo no se me había ocurrido esto antes? Aparecen tantos pensamientos, tan rápido y tan seguidos que te cuesta dedicarle atención a uno en concreto. Es posible que antes de dormir, esas ideas que van llegando, te impidan conciliar el sueño. La velocidad a la que aparecen, te hace difícil o imposible decirlos en voz alta o anotarlos todos.
Te distrae casi cualquier cosa. Este es otro síntoma que puede apreciarse mejor desde afuera. Te puede distraer cualquier estímulo de alrededor cuando haces algo (luces, música, alguien pasando…). Y también los estímulos internos (pensamientos, ideas, recuerdos, planes…). El caso es que acabas pocas o ninguna de las cosas que haces. Dejas las tareas o proyectos sin terminar porque pasas a otra cosa debido a la distracción. Un mueble a medio pintar, una habitación a medio ordenar, un mensaje sin terminar, etc.
El nivel de energía que tienes, y el bienestar y la motivación que sientes, te hacen empezar muchas actividades. Te llenas el día o la vida de planes porque te sobra energía para llevarlos adelante, pero cuando aparece la distraibilidad te cuesta continuarlos. Puede que quieras cambiar tu imagen, empezar actividades nuevas (pintura, baile, deporte…), estudiar algún curso, cambiar de trabajo…
La agitación psicomotora significa estar en movimiento constantemente. Puede que te cueste o se te haga muy pesado estar sentada, guardar turno en una cola, esperar… Te sientes nerviosa, como que necesitas soltar energía y te mueves mucho de un lado a otro, moviendo las piernas o similar.
Puede ir de compras y gastar demasiado (ropa, complementos, perfumes, muebles, reformas, productos caros…), salir de fiesta sin medida (bebiendo demasiado, gastando demasiado o probando drogas). También puede ocurrir que haya un incremento en tus relaciones sexuales, que te interesen cosas que antes no te interesaban o que no tengas cuidado a la hora de tenerlas. Es posible que conduzcas más rápido y en general corras más riesgos.
3. No es un episodio mixto
«Los síntomas no cumplen los criterios para el episodio mixto»
Los episodios mixtos tienen síntomas de manía y depresión, por lo tanto, es fácil confundirlos con uno y otro. Si además de algunos síntomas de manía, tienes pensamientos negativos, tristeza, malestar… Es posible que se trate de un episodio mixto.
4. Deterioro social o laboral
«La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave como para provocar deterioro laboral o de las actividades sociales habituales o de las relaciones con los demás, o para necesitar hospitalización con el fin de prevenir los daños a uno mismo o a los demás, o hay síntomas psicóticos.»
Si necesitas hospitalización por alucinaciones, porque los síntomas son muy graves, porque estás enferma al no poder dormir o una mala o escasa alimentación, tener impulsos suicidas, etc; Se considera un episodio de manía.
La manía se diferencia de la hipomanía por la gravedad o intensidad de los síntomas. En el caso de la hipomanía, a pesar de estar más activos de lo habitual o gastar en exceso, por ejemplo, existe un cierto control. Cuando el episodio es maníaco no hay control. Puedes endeudarte por hacer inversiones arriesgadas, perder a tu pareja por la promiscuidad sexual, perder el empleo o dejarlo, tener un accidente por arriesgarte en exceso, gastar demasiado en caprichos o fiestas…
5. No es debido a una sustancia o enfermedad
«Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).»
Como ya comenté al principio, si los síntomas han aparecido por el consumo de algún fármaco, droga o la presencia de una enfermedad que los explique, se considera un episodio debido a una afección o al consumo de sustancias.
Si antes del episodio debido a enfermedad o consumo, ya has tenido un episodio maníaco o hipomaníaco, el diagnóstico de trastorno bipolar no cambia.
Síntomas del episodio depresivo
Se llama depresión mayor al episodio depresivo del trastorno bipolar. Es muy habitual tener episodios depresivos cuando tienes trastorno bipolar, aunque no es necesario para el diagnóstico. Sin embargo, es cuando se pasa por un episodio depresivo, cuando más se acude al especialista. Y esto es lógico si tenemos en cuenta que el episodio maníaco o hipomaníaco, nos hace sentir geniales e invencibles, y ¿quién va a buscar ayuda cuando se siente tan bien?
Vamos a ver que dice el DSM de los síntomas:
1. Cinco o más de los siguientes síntomas durante dos semanas
«Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o de la capacidad para el placer.
Nota: No incluir los síntomas que son claramente debidos a enfermedad médica o las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo.»
Pues justo eso, cumples este criterio, si has tenido como mínimo 5 de los síntomas la mayor parte del tiempo durante las últimas dos semanas, siempre que uno de esos síntomas sea estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o de la capacidad de sentir placer. Además, nos avisa de que no contemos los síntomas que sean por enfermedad médica o las ideas delirantes o alucinaciones incompatibles con el estado de ánimo deprimido.
Los síntomas deben estar presentes a la vez durante el tiempo que indican, ya que cada uno de ellos por separado puede experimentarlos cualquier persona en un momento dado y eso no significaría que sufra depresión.
Sentirte triste, deprimida o desesperanzada la mayor parte del tiempo. Puede que te sientas vacía o incapaz de generar emociones. Y es frecuente que te sientas algo irritable, agresiva o ansiosa.
Digamos que no te apetece hacer nada y lo que haces no lo disfrutas. No sientes motivación por cosas que antes te gustaban. No tienes ganas de salir, ni de estar con amigos/as, ni de reuniones familiares, ni de ir al trabajo, ni de ir de compras o al cine o salir a cenar. No te apetece hablar por teléfono, ni tener que relacionarte con nadie, ni las responsabilidades en general. Quieres estar en casa, sin que nadie te moleste, preferiblemente en la cama y que el malestar se pase pronto.
Tu apetito ha cambiado y mucho. Puede que tengas más ganas de comer que antes, sobre todo de comida no demasiado sana (dulces, bollería, comida rápida…). Quizás cuando comes te sientes un poco mejor y te pasas el día buscando esa sensación.
O puede que no tengas ganas de comer o que comas poco cuando te obligas o te obligan a hacerlo. Sientes un nudo en la garganta, el estómago cerrado y te cuesta ingerir alimentos.
Al igual que ocurre con el apetito, el sueño puede aumentar o disminuir. En el caso de que disminuyan las horas de sueño, no sucede como en los episodios maníacos que te despiertas descansada y con energía, sino que despiertas cansada. Puede ocurrir que te cueste conciliar el sueño a la hora de acostarte (insomnio inicial), que despiertes en mitad de la noche y te resulte difícil volver a dormirte (insomnio intermedio), o que te despiertes mucho antes de lo habitual (insomnio final o despertar precoz).
Por otro lado, está el exceso de sueño o hipersomnia. Cuando ocurre, tienes más sueño de lo habitual. Te cuesta despertar por la mañana, pasas el día somnolienta, quizás tengas mucho sueño después del almuerzo o mucho antes de lo habitual por la noche.
Además, de tener sueño, cuando te sientes deprimida lo habitual es que pases mucho tiempo en la cama (y si es durmiendo mejor), porque allí te sientes segura. La sensación es de querer que pasen los días lo antes posible para despertar una mañana sintiéndote bien. Esperas con impaciencia a que llegue la hora de acostarte o buscas el modo de poder hacerlo con excusas, a veces reales y otras no, como estar muy cansada, enferma, dolorida…
Esto hace que duermas a deshora. Muchas veces en el día, durante poco tiempo. Por la noche te cuesta más conciliar el sueño y, cuando lo consigues, no resulta reparador. Por la mañana te sientes cansada y duermes hasta más tarde, luego una siesta, y a la noche vuelta a empezar.
Tus movimientos pueden volverse lentos, como si te costara moverte o hubieras perdido la agilidad. Tardas más en casi todo, como, por ejemplo, hacer algo de comer, salir a comprar, doblar ropa…
O por el contrario te cuesta estar quieta y cuando tienes que estar sentada mueves las manos o las piernas. Puede que vayas de un lado a otro o que balancees tu cuerpo cuando estás de pie.
Este síntoma es bastante visible para las personas que están a tu alrededor.
Te encuentras cansada, sin energía. Cualquier cosa te supone un enorme esfuerzo, incluso las actividades que antes hacías de forma automática como vestirte.
Sientes que no vales. Pero no como cuando tienes baja autoestima, sino algo mucho más intenso. Puedes pensar que no sirves para nada, que nada cambiaría si tu no estuvieras o incluso que todo iría mejor si faltaras tú.
Los sentimientos de culpa van más allá de la culpa que puedes sentir por estar enferma o falta de energía para hacer tus tareas habituales. Te culpas prácticamente de todo, de lo que haces o lo que no haces. De lo que hiciste en el pasado, de lo que has pensado o de lo que no has pensado. Te culpas incluso de cosas que están totalmente fuera de tu responsabilidad.
Y por supuesto no te sirve de nada que tus familiares y amigos te digan que no es culpa tuya, que vales mucho o que significas mucho para ellos, porque tú no lo sientes así.
Al contrario de lo que sucede en un episodio maníaco en el que el pensamiento va rápido, cuando estás deprimida, el pensamiento se vuelve muy lento. Eso hace que te resulte muy difícil prestar atención a algo, concentrarte, tomar decisiones o expresarte bien. Es como si estuvieras ida o distraída todo el tiempo. Por más que lo intentas no consigues procesar bien la información que recibes.
Los demás pueden tener la sensación de que los ignoras o de que no te interesa hacerles caso, pero la realidad es que no lo consigues.
La sensación de desesperanza que tienes te lleva a pensar en la muerte frecuentemente. Mientras estás deprimida nada te motiva, no ves sentido a la vida y no puedes ver un futuro en el que estés bien. Por eso comienzas a pensar que la única salida es la muerte. Hay personas que se quedan ahí, pero cuando el grado de desesperación y el malestar son muy intensos, pueden pensar en cómo se quitarían la vida o intentarlo en los casos más extremos.
2. No es un episodio mixto
«Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.»
Si tienes algunos síntomas de los anteriores, pero también tienes algunos de manía o hipomanía, es posible que se trate de un episodio mixto y no de uno depresivo.
3. Deterioro social o laboral
«Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.»
Cumples este criterio si los síntomas están afectando al desarrollo normal de tu vida. Puede que te afecten en la capacidad de llevar adelante tus responsabilidades, el trabajo, que esté afectando a tu vida social o a tu salud física.
4. No es debido al consumo de sustancias o enfermedad
«Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo).»
El diagnóstico de episodio depresivo queda anulado cuando los síntomas se explican por el padecimiento de una enfermedad o el consumo de sustancias (fármacos o drogas)
5. No es un duelo
«Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor.»
Los síntomas del duelo pueden confundirse con la depresión, ya que se solapan. El duelo puede ser por la muerte de un ser querido, pero no olvides que el proceso de duelo se da después de una pérdida. Por lo tanto, también puede aparecer después de una ruptura, un cambio de residencia, la pérdida del empleo, etc.
Así que el duelo es otra cosa que debemos descartar. Excepto, si el duelo dura más de 2 meses o existe: enlentecimiento psicomotor, pensamientos suicidas, sensación intensa de inutilidad o una fuerte incapacidad funcional. En ese caso si se considera depresión.
Episodio mixto
El episodio mixto tiene un nombre muy apropiado. Se trata de un poco de esto y un poco de aquello. Algunos síntomas del episodio maníaco y otros del episodio depresivo. Siempre descartando otras causas que lo puedan explicar como enfermedades o consumo de sustancias.
1. Síntomas de manía y depresión
«Se cumplen los criterios tanto para un episodio maníaco como para un episodio depresivo mayor (excepto en la duración) casi cada día durante al menos un período de 1 semana.»
Si cumples los criterios mínimos para un episodio maníaco y también para uno depresivo (aunque solo sea una semana), estás ante un episodio mixto.
2. Deterioro social o laboral
«La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave para provocar un importante deterioro laboral, social o de las relaciones con los demás, o para necesitar hospitalización con el fin de prevenir los daños a uno mismo o a los demás, o hay síntomas psicóticos.»
Igual que en el resto de los episodios, para considerarlo como tal, debe interferir en el desarrollo normal de la vida diaria. Si requiere hospitalización o hay síntomas psicóticos se considera un episodio.
3. No es debido a una sustancia o enfermedad
«Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).»
Como te expliqué al principio, para considerar cualquier episodio como tal, debemos descartar que los síntomas sean debidos a una enfermedad o al consumo de sustancias.
Cómo sé si tengo trastorno bipolar
Si has leído todo lo anterior, ya tienes los datos para identificar un episodio maníaco (o hipomaníaco), un episodio depresivo y un episodio mixto.
¿Cómo puedes saber si tienes trastorno bipolar?
Si reconoces en ti algunos síntomas de los descritos anteriormente, comprueba si cumples todos los criterios.
Si ahora mismo no tienes ningún síntoma, pero recuerdas haber sentido algunos tiempo atrás, puedes comprobar si cumpliste los criterios durante esa época. Pensar detenidamente en cómo te sentías aquella vez en la que estabas tan triste o cuando te sentiste tan enérgica que hiciste muchos cambios en tu vida, te puede ayudar. Preguntarle a tu pareja o a quien conviviera contigo en aquella época también puede aclarar tus dudas.
Es difícil recordar todo lo que sentías en un momento dado de tu vida, sobre todo si ya ha pasado mucho tiempo. Pero puede ser de ayuda. En el caso de que ahora te encuentres de la manera habitual, pero creas que has sufrido por un episodio en el pasado, aprender a identificar los primeros síntomas de que vuelve a aparecer te será de gran ayuda para frenarlo o disminuir la intensidad.
Tipos de trastorno bipolar
Los tipos de trastorno bipolar se clasifican según los episodios que hayas sufrido, su intensidad y su duración.
1. Trastorno bipolar tipo I
Uno o más episodios maníacos o mixtos. Lo habitual es que también haya habido episodios depresivos mayores, pero no es necesario.
Como ves, este tipo pone atención al episodio maníaco. Pueden aparecer también episodios hipomaníacos, pero si hay al menos uno maníaco, se considera tipo I.
2. Trastorno bipolar tipo II
En este tipo se presta especial atención al episodio depresivo mayor. Puedes haber pasado por uno o más episodios depresivos mayores. Y tiene que haber al menos un episodio hipomaníaco. De lo contrario no se consideraría trastorno bipolar.
3. Ciclotimia o trastorno coclotímico
Se considera ciclotimia cuando durante mínimo dos años, has presentado periodos con síntomas hipomaníacos, que no cumplen lo necesario para considerarse episodio maníaco, y periodos con síntomas depresivos, que no cumplen los criterios para el episodio depresivo mayor.
Este tipo es el más suave, por decirlo de alguna manera, ya que los síntomas no son tan intensos. Pero también es que el suele presentar más oscilaciones, es decir, cambios de un episodio a otro más seguidos.
4. Trastorno bipolar no especificado
El cajón de sastre del trastorno bipolar. Aquí se incluye lo que no cumple los criterios para el tipo I, el tipo II o la ciclotimia.

Espero que esta información te sea de utilidad. Si te surgen dudas puedes preguntarme en los comentarios o ponerte en contacto conmigo mediante el formulario.
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